miércoles, 12 de febrero de 2014

Año sabático de la oposición

Con motivo de la derrota sufrida por la oposición durante las elecciones del  8-12-2013, la unidad de partidos (MUD) ha considerado la posibilidad de dar a éstos la oportunidad de aprovechar el receso electoral (años 2014 y 2015) para ”fomentar el desarrollo relativamente autónomo de los mismos” (1), que se ve amenazado por la “guadaña igualadora de la tarjeta única” (2) ; en otras palabras, como en los  próximos dos años la MUD no tiene nada que hacer, se les recomienda a los partidos de oposición que se entrenen separadamente durante este receso electoral. Oposición disfrutando de su año sabático.

Vean pues, ahora resulta que la culpa (o parte de ella) de la derrota electoral de diciembre pasado la tiene la descolorida unidad que la MUD albergara; por eso se recomienda una estrategia que permita a cada partido desarrollar su musculatura (ya PJ comenzó su calistenia) para tener una actuación independiente y preponderante durante los próximos procesos electorales. Se va la MUD, pero pretende llevarse con ella todo vestigio de unidad.

¿Se le permitirá? Parece que sí, porque el movimiento que se le opone (Ledezma, Machado y López), si bien están en lo correcto al rechazar y atacar el “bostezo caprilero”, no proponen un accionar válido e inteligente, sino un voluntarismo torpe e igualmente partidizado para oponerlo a PJ. Pro y anti MUD bregarán durante dos años para repartirse la torta que ya comenzaron a poner. Hay quienes creemos, sin embargo, que todavía es posible una unidad opositora que supere el anatema de la “anti política” y que ocupe este mal llamado receso político en la organización de una verdadera oposición.

Lo anterior implicaría:  a) una dirección unitaria que no se estructure con base en la preponderancia del caudal de votos de los partidos ”mayoritarios” ; b) una conformación incluyente de la unidad, pues todo el que quiera participar en ella sólo debe comprometerse a luchar contra la dictadura en ciernes y propiciar la restauración de la democracia; c) conformar una agenda que confronte todo abuso de poder y violación de la ley, la actuación de la oposición no puede circunscribirse a la cíclica participación en los procesos electorales, éstos son vitales en un régimen alternativo, pero es el batallar diario lo que asegura su realización en condiciones democráticas.

En torno al acontecer opositor se ventila actualmente un falso dilema: el chinchorro o la calle. Pareciera fácil y lógico inclinarse por esta última pues la primera no tiene nada que ofrecer, ya que para ellos la oposición más eficiente y económica es la que no se hace; mas, la segunda también tiene sus bemoles pues una oposición voluntarista y escandalosa sólo beneficia al gobierno. A la calle hay que llegar con un problema focalizado y diagnosticado, y cuya solución sea factible mediante el establecimiento de metas realistas y alcanzables. La oposición debe ir a la calle a exponer sus razones porque el espacio que las democracias destinan a este propósito (Foro Legislativo), en Venezuela ha sido conculcado.

( 1)    Fernando Rodríguez. TalCual. Editorial. 5-2-2014

( 2)    Carlos Raúl Hernández. ¡Al borde de un ataque de nervios! El Universal. 2-2-2014

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