La lucha de la llamada oposición se ha reducido a confrontar a dos seudo
líderes (Capriles y López) huérfanos de capacidad autocrítica y sentido de
oportunidad. El primero sugiere la inacción hasta el 2019, y el segundo medidas
tremebundas que no cuentan, afortunadamente, con el apoyo necesario. Sin
embargo, hay quienes creemos que la oposición cuenta con medidas cuya
aplicación contaría con la inmediatez del proceso electoral del 2015 y con el
apoyo de tirios y troyanos opositores, y hasta de algunos electores trajeados de
rojo. Nos referimos a la exigencia de la proporcionalidad de los resultados
electorales en aquellas elecciones colegiadas como debería ocurrir en las
elecciones del 2015.
En su artículo 63 la Constitución establece: “…La ley garantizará el
principio de la personalización del sufragio y la representación proporcional” Durante
las elecciones del 2010 para elegir a los miembros de la Asamblea Nacional se
evidenciaron los efectos negativos del irrespeto a la proporcionalidad exigida
por la Constitución, respeto que ahora cobra mayor relevancia y urgencia dada
la proximidad de las elecciones del 2015. Varios autores han alertado acerca de
la inconveniencia (ausencia de procesos democráticos) de estas elecciones sin
haber restaurado la vigencia de la proporcionalidad electoral. Entre otros
destacan: Luis Fuenmayor Toro, quien en varios trabajos y en opinión muy
documentada ha insistido sobre el tema; y Luis Lander quien ha abordado el tema
desde la óptica de la reforma de toda la legislación electoral.
Restaurar la proporcionalidad de los resultados electorales debería ser el
propósito de todo quien pretenda la democratización de los mismos, es decir,
tanto de opositores como de oficialistas; mas no es así, porque a la
proporcionalidad le ocurre algo parecido a lo que le ocurrió a la Policía
Militar gringa durante la II Guerra Mundial, cuyo comandante, al ser
interpelado sobre el porqué este cuerpo tuvo, relativamente, la mayor cantidad
de bajas; respondió que era porque ¡tenían enemigos en ambos bandos! La
oposición tipo MUD y el chavismo tipo Chávez nunca han querido saber nada de
democracia ni de proporcionalidad porque ambos se han beneficiado de su
ausencia, en aras de una antidemocrática polarización; por eso este principio
constitucional también tiene enemigos en ambos bandos.
La ausencia de proporcionalidad beneficia a los contendores poderosos; se
aplica el “efecto Mateo” (1), quien tiene mucho se le dará más y quien tiene
poco se le quitará lo poco que tiene; de este modo Chávez controlaba la
provincia que le garantizaba casi la totalidad de los cargos, mientras que la
MUD controlaba las grandes ciudades, con menos cargos aunque con más votos. De
ese modo se explica la paradoja electoral del 2010: fueron más los que votaron
contra Chávez, pero éste ganó. La lucha por el rescate de la proporcionalidad
es una buena oportunidad para desagraviar a la Constitución y sincerar el mapa
electoral.
También es una buena oportunidad para quebrar las hegemonías chavista y
“mudista” y darle cabida en el juego electoral a esas minorías antaño
calificadas como “chiripero” pero cuyo respeto y reconocimiento es la base de
la democracia. Sería interesante que alguien con poder de audiencia pudiera
emplazar públicamente al Psuv y a los jirones de la MUD a opinar sobre lo que
piensan al respecto.
( 1)
Por
la prédica del apóstol Mateo en el Nuevo Testamento.
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