Con motivo de la convocatoria a la concentración del sábado 30/5/ 2015
ordenada por el líder de VP, Leopoldo López, ambos partidos pretendidamente
opositores protagonizaron uno de los episodios más vergonzoso y más dañino en
la corta lucha de la oposición venezolana contra la dictadura madurista. PJ
decidió no atender la convocatoria y, además, dejó entrever su desacuerdo con
la misma, con el argumento de que no había sido consultado. ¿Los resultados?
Nicolás feliz sin ser navidad, y vengada
la cuasi derrota de VP sufrida en las Primarias.
Cuando escribo estas líneas (31/5/2015) ya los pocos medios escritos y
electrónicos han dado cuenta del éxito de la convocatoria. Grandiosa. Más
meritoria aún si se considera que no solo se lucha contra el Psuv, sino también
contra el CNE, TSJ y todo el ventajismo electoral y político que permite y
promueve el Ejecutivo. Y si esto es así, ¿no probarían estos resultados que la
tesis de VP es la correcta y, además, ha sido validada en la calle y con la
calle? No, porque lo que está planteado no es la confrontación entre PJ y VP
sino entre las fuerzas democráticas y la dictadura. ¿Se imaginan la magnitud y
repercusión de la misma concentración convocada por todos los opositores sin
distingo de partidos políticos? Sería más que suficiente para convertir en drama
la felicidad de Maduro.
¿Entuerto no enderezable? No necesariamente, aunque para lograrlo ciertas
condiciones aplican. Primero, es necesario que toda la oposición sin distingo
de partidos y otras agrupaciones políticas, es decir, más allá de la MUD puedan
agruparse alrededor de una meta factible de alcanzar en lo inmediato. Se nos
ocurre que el desconocimiento, por ejemplo, de un “Virreinato del Municipio
Libertador” podría ser una de ellas. A Jorge Rodríguez hay que pararle el trote
porque sus pretensiones son claramente inconstitucionales y autoritarias, y
porque será un elemento clave en la venidera campaña electoral opositora.
¿Qué oposición podría hacer realidad lo anterior? Una que cuente con un
liderazgo colectivo. El liderazgo individualista nos ha conducido a esta pelea
entre PJ y VP, o mejor, entre los líderes de estas agrupaciones políticas,
porque las bases han llegado a demostrar (concentración del 30/5/2015) que el
apoyo a estos líderes no son cheques en blanco. Los líderes no deberían ni
engañarse ni engañarnos con el triunfo
de la concentración, esta vez los líderes de ambos partidos lo hicieron muy mal
por no llegar a un acuerdo antes de la marcha y, por eso, deberían compartir
sus liderazgos con los de otras organizaciones opositoras, dentro y fuera de la
MUD; y botar el lastre de ese ego tan pesado, rayano en narcisismo.
Ese liderazgo colectivo está a la vuelta de la esquina, si así lo
quisieran. La aprobación de la tarjeta única daría la oportunidad de ir
configurando esa dirección colectiva, a más de asegurar el triunfo en las
próximas elecciones. Mostrar el músculo del liderazgo colectivo mediante la
aprobación de la tarjeta única influiría decisivamente en una dirección
opositora más democrática y eficiente. Frente a la dictadura la política de la
acción opositora no debe ser la de uno o más partidos, sino la de la unidad nacional;
si para PJ y VP esto no es aceptable, por indolencia o temeridad, entonces que
aprovechen la ocasión de las Primarias del Psuv e inscriban en ellas a sus
militancias.
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