Esas tareas podrían resumirse en el rescate de la vigencia de lo
constitucional, y no nos referimos a lo cronológico sino a su validez y funcionamiento
dentro de un Estado de Derechos que, cuando su Constitución es violada o se
deja de lado impunemente, pierde su vigencia democrática. Tres tareas destacan
por su pertinencia y prioridad: la desaparición de la MUD; el adecentamiento
del poder judicial, especialmente lo que concierne al TSJ; y el rescate de la
soberanía política, rendida con descaro a la Cuba castrista. Comentemos
someramente cada una de ellas.
DESAPARICIÓN DE LA MUD: La MUD se ha convertido en el principal
obstáculo para alcanzar la unidad nacional opositora porque nació, y se le ha
seguido considerando, como un acuerdo de y entre partidos de la Cuarta
República para participar con mayor probabilidad de éxito en los sucesivos
eventos electorales; de ahí que de cara a una unidad nacional presenta dos
limitaciones importantes: no agrupa a las fuerzas independientes o no partidarias
del viejo régimen, y circunscribe su acción opositora a la participación en los
eventos electorales. La MUD debe desaparecer para dar paso a una unidad
incluyente en ciudadanos y en la atención a la diversidad de problemas
políticos.
ADECENTAMIENTO DEL TSJ: Todos los poderes han sido conculcados por
el Ejecutivo, pero el que más afecta al sistema democrático es el TSJ porque
está llamado a ser el “fiel de la balanza política”, es decir, dirime los
asuntos controversiales intra y entre poderes; es el supra poder de los estados
democráticos. En Venezuela este poder parece haber perdido su independencia
frente al Ejecutivo; sus fallos siempre favorecen a éste, a veces en forma
grotesca, como el dictado el 9-1-2013 con relación a la juramentación del
Presidente electo; pero quizás lo más evidente en la sumisa relación de este
poder frente al Gobierno es la tesis públicamente esgrimida por su presidenta abogando
por la no independencia de los poderes públicos. Pues bien, mientras tengamos
un TSJ subordinado al gobernanta de
turno y una magistrada que le aplauda la
gracia, nunca tendremos democracia de ningún tipo.
ENTREGA A CUBA DE NUESTRA
SOBERANÍA POLÍTICA: Mucho
se ha comentado el carácter sui géneris de la
ayuda económica que Venezuela presta a Cuba porque, a contracorriente de la
práctica internacional, aquí el prestamista (acreedor) es quien cede o entrega
soberanía política. La seguridad nacional
y otros servicios estratégicos como identificación, energía y
comunicaciones parecen (no hay información disponible y creíble de parte del
Gobierno) estar controlados por los cubanos; pero lo que sí quedó claro, dentro
del denso misterio que generó la gravedad y muerte de Chávez, fue que en el
proceso sucesoral se hizo evidente el poder político de los antillanos, al
punto de que lograron imponer como sucesor al hombre de La Habana; impuesto por
Chávez, pero elegido por Fidel porque, se presume, era quien más garantizaba la continuidad de la
ayuda económica a la isla; aspecto que no se discute después de oírlo cantar La
Bayamesa.
Estas tres condiciones someramente comentadas no son las únicas a ser
atendidas para deshacer los entuertos del chavismo, pero son prioritarias, especialmente la que refiere a
la unidad nacional pues las otras dos (y todas las demás) dependen de la
consecución de ésta. No importa quien gane la elección del 14-A la oposición
está obligada a atacar estos problemas, so pena de renunciar a vivir en
democracia. Un TSJ como el actual es una vergüenza; y una relación como la que
nos impone el gobierno cubano es indigna y humillante. La nueva oposición
(incluyente y diversificada) necesita de un piso político, contribuye a
labrarlo yendo a votar el 14-4-2013.
César Villarroel Castillo
Felicitaciones César, la tecnología ayuda a compartir e interactuar
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