lunes, 6 de octubre de 2014

“Simitrio” chavista

Simitrio es un personaje de una película mexicana de los años sesenta del siglo pasado que narra la situación de un maestro rural quien, a punto de quedarse ciego, es objeto de un engaño por parte de sus alumnos al atribuir a un ex alumno que había abandonado la escuela (lo inscribieron pero la familia tuvo que migrar) la responsabilidad por todas las travesuras cometidas en el salón de clases. Así, cuando el maestro indagaba por el responsable de cualquier travesura acaecida, siempre obtenía, invariablemente y casi en coro, la siguiente respuesta: ¡Fue Simitrio, maestro!

Viene a cuento la vieja referencia porque el chavismo parece tener su propio “Simitrio”, aunque con una diversidad de nombres. En efecto, sustituya “Simitrio” por: Imperio, fascismo, “uribismo”, “la derecha”, oligarquía, burguesía, apátridas, paramilitarismo colombiano (para no confundir con los “colectivos” criollos), entre otros anatemas revolucionarios. Esto no implica que todos los movimientos citados están, o han estado, exentos de haber cometido abusos contra los movimientos democráticos; lo que se observa es que parece que la gente del Gobierno está practicando la política de “dispara primero (siempre con la misma arma y en la misma dirección) y averigua (casi nunca) después”.

Y no es que me hagan sufrir las barrabasadas del Gobierno; por el contrario, disfruto de sus frecuentes “metidas de pata” aunque después me dé coraje el poco provecho que les saca la oposición; pero preocupa y temo, en extremo, que tal política conlleve, cada vez más, una creciente falta de respeto al pueblo venezolano que, al igual que el maestro cegato de la película antes mencionada, terminará por reconocer el engaño y reaccionar frente a los falta de respeto.  Porque es una falta de respeto que altos personeros del Gobierno y del Psuv, con la excepción de Rodríguez Torres, hayan opinado y sentenciado sobre el crimen de Serra, a las pocas horas de haber ocurrido y de un modo irresponsable y falaz.

En la película los alumnos se dan cuenta que el engaño ha ido demasiado lejos y está afectando seriamente la salud mental del maestro; de ahí que acuerden acabar con el engaño eliminando a Simitrio y, en consecuencia…lo “matan” y comunican al maestro el fatal “accidente”. De regreso a la política venezolana nos preguntamos: ¿el “Simitrio” chavista debe ser eliminado?, y si la respuesta es afirmativa, ¿quiénes deben hacerlo?, ¿quiénes lo crearon o  los que lo padecieron y padecen? Sería un tanto ingenuo creer que sus enterradores serían, como en la película, sus propios creadores; porque la suerte del Simitrio chavista está fuertemente ligada al de la llamada revolución bolivariana.


Sólo un Simitrio chavista pudo  ser responsabilizado por: el despilfarro de más de dos billones de dólares (de acuerdo a la aritmética criolla, no la gringa); haber destruido el aparato productivo del país; devaluar nuestra moneda al punto que el dólar paralelo se cotiza, según fuentes extra oficiales, en 100 bolívares; una inflación desbocada que se estima en más de un 60%; altos índices de escasez; Poderes Públicos conculcados por el Ejecutivo y una generalizada corrupción. Por eso, ante la imposibilidad de negar lo anterior deben recurrir, como política, a un Simitrio chavista a quien se pueda achacar toda la culpa de este soberano desastre, mientras, el verdadero culpable se fue para siempre sin haber rendido cuentas. 

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