viernes, 19 de diciembre de 2014

La verdadera polarización

Ya es costumbre que en los diagnósticos del acontecer político en el nivel nacional se concluya, en la mayoría de los casos, que la culpable por la ausencia de unidad y práctica democrática es la polarización entre el Psuv y la MUD; de ahí que la solución a ese problema radique en atacar la polarización mencionada con miras a que en las elecciones del 2015 los resultados electores reflejen una mayor equidad y ecuanimidad como lo establece la Constitución en su artículo 63.

El planteamiento anterior, que no compartimos totalmente, obliga a algunas precisiones. Primero, en una connotación del DRAE polarizar es “orientar en dos direcciones contrapuestas”; nosotros creemos que la actual polarización política no debe ser entre el Psuv y la MUD (porque no son contrapuestos) sino entre DEMOCRACIA y DICTADURA. Si usted se considera demócrata, ¿dudaría en polarizar contra una dictadura?; si su respuesta es un no tajante únase al club; si su respuesta es un no con matices, entonces indague sobre la fracción y/o porcentaje que aceptaría; pero desde ya le diremos que no los conseguirá porque la oposición a una dictadura no admite medias tintas.   

Por eso, hay que reconocer que la “polarización” entre el Psuv y la MUD no sólo es falsa sino altamente perjudicial para el rescate de la democracia, es decir, en la lucha contra la dictadura chavista porque convierte a la oposición en un aliado de la dictadura al “lavarle la cara” con la supuesta polarización. Al entronizarse una dictadura de un partido (hegemonía), éste y los otros ya no podrán jugar el papel que la democracia les ha asignado, tanto es así que la misma Constitución prevé este cambio de roles (rebeldía) y llama a polarizar la dictadura cuando en el artículo 350 establece: “El pueblo de Venezuela…desconocerá cualquier régimen…que contraríe los valores, principios y garantías democráticos”

Con base en lo anterior, ¿cuál es el papel que juega actualmente la llamada oposición venezolana?, la de una hegemonía de segunda o segundona, según se mire. Veamos, la dictadura chavista ejerce la hegemonía nacional en todas las áreas políticas y algunas sociales como la informacional; mientras que la oposición intenta ejercer la hegemonía partidista entre los propios opositores; esta es la tarea que la dictadura chavista encomendó al partido Primero Justicia y que éste ha venido cumpliendo fiel y eficientemente. En toda contienda electoral PJ compite por, y se contenta con, el segundo lugar en espera de lo fortuito o sobrevenido, de ahí  que sus principales adversarios no estén en el Psuv sino en la MUD.  

Cuando decimos Primero Justicia englobamos a los fundadores y disidentes, es decir, a Julio Borges y a Leopoldo López; de hecho, la gran batalla por la hegemonía “opositora” es entre los viejos de PJ y los bisoños de VP; ambos pretenden lo mismo: liderar el segundo lugar en las próximas elecciones para la Asamblea Nacional.


¿Qué hacer? Votar contra todo lo que huela a PJ y VP y a cualquier partido; hace mucho tiempo que expropiaron nuestra  decisión y nos obligaron, chantaje mediante,  a votar por personas que no respetan las minorías y nulifican el principio constitucional del voto directo y secreto. Si ellos son los que tienen la razón, entonces que lo demuestren, pero sin nuestro voto. Lo otro que debería hacerse es presentar una sola tarjeta que sirva de opción a la oposición no partidista. Así, los ejemplos apartidistas de las Scarano y Ceballos contrastan, elocuente y positivamente,  con la negatividad del “show” partidista de los Arellano. Mirémonos en ese espejo.

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