Durante la realización de la VI Cumbre de las Américas en Panamá se hizo
evidente que el propósito fundamental de tales eventos (defensa de la
Democracia Representativa) deberá ser revisado para poder explicar que los “demócratas”
aplaudan a los dictadores (Obama a Raúl) y estos últimos reivindiquen al “único”
Presidente honesto de los Estados Unidos (Raúl a Obama). Esta pintura de ¿quién es quién? resulta
borrosa a la hora de distinguir entre “demócratas” de antaño (léase Estados
Unidos y sus adláteres) y los que pertenecen a las neo dictaduras socialistas.
En efecto, la gran ausente en la Cumbre de Panamá, extrañada por nadie, fue
la Carta Democrática Interamericana firmada el 11/9/2001 en Quebec. En ella se
esbozan los elementos esenciales de la democracia representativa: a) respeto a
los derechos humanos y las libertades fundamentales; b) el acceso al poder y su
ejercicio con sujeción al estado de derecho; c) la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal; d)
el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; e) y la separación e
independencia de los poderes públicos. Este esbozo luce utópico, pero no por
ser inalcanzable sino por la facilidad con que se adultera y se viola.
El grupo encargado de administrar la democracia americana, presidentes de
los países miembros de la OEA, se ha convertido en un club de amigos que “cobran
y se dan el vuelto”. Por ejemplo, si se evaluara la situación de la democracia
venezolana con base en los parámetros y estándares bosquejados anteriormente
tendríamos que concluir, sin mayores esfuerzos, que estamos frente a un
gobierno que viola, descarada e impunemente, todos los elementos
esenciales de la democracia representativa; sin embargo, eso no impidió que el
señor Maduro, junto con su compinche cubano, llegara a la Cumbre de Panamá en
plan protagonista.
Los neo dictadores se defienden al aducir que ellos hacen elecciones; a
diferencia de la dictadura clásica que
no las practicaba ni respetaba. En efecto, la neo dictadura socialista si
celebra elecciones, dos de los dictadores sin máscaras presentes en Panamá, así
lo hicieron saber: Raúl dejó claro que en las elecciones cubanas lo menos que
recibe el gobierno es un respaldo de un 97,5 %; y Maduro y el chavismo sin
Chávez se jactan de la realización de 18 elecciones sin conocer la derrota;
excepto por un desliz en el 2007 que fue rápidamente corregido. Sólo hay que
recordarle al autoritarismo cubano-venezolano que las elecciones de las que
habla la Carta Democrática Interamericana deben ser, además de periódicas, libres
y justas; condiciones no digerible por dictadura alguna.
En el último trimestre de este año, y en el marco de la dictadura chavista,
se celebrarán en Venezuela las elecciones para elegir la Asamblea Nacional; eso supone que serán unas elecciones atípicas
en tanto sus resultados, cualesquiera que sean, sólo serán útiles si se
sinceran y legitiman las fuerzas opositoras, es decir, no está obligada a ganar
más curules sino a sacar más votos. Los curules no pueden ser sacados a la calle, pero los votos sí. Para la
oposición el propósito fundamental de estas elecciones es el de comenzar a
forjar la mayoría; y para alcanzarla es imprescindible la unidad nacional de los
grupos opositores. Ya se están hilvanando las diferentes triquiñuelas para
evitar que se consuma la unidad nacional opositora. La única forma de que la
oposición no desaparezca después de estas elecciones, es uniéndola. No dejes
que los partidos políticos te vuelvan a robar la esperanza.
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