viernes, 14 de junio de 2013

Oposición y Universidad

En el actual conflicto entre el Gobierno y las universidades, éstas no han recibido de los diversos sectores sociales todo el apoyo que cabría esperar, posiblemente porque consideran que ese es un problema entre las instituciones universitarias y la administración oficial de las mismas, es decir, un problema esencialmente gremial. Mas, hay quienes opinan que sería ingenuo no considerar el carácter político de conflicto si se inscribe a la universidad venezolana entre las instituciones democráticas (Constitución, Poder Judicial, Fuerzas Armadas) que han sido y son atacadas en su condición democrática para destruirlas o adaptarlas para que sean cónsonas con el régimen chavista.

Si el daño que se le hace a la universidad tiene repercusión en el nivel país, el enfrentamiento de los agresores no puede estar sólo a cargo de estudiantes, profesores y empleados sino de los siete millones y medio que el 14-A decidieron que no querían ser chavistas. Esta es la gran oportunidad, si no la única, para evitar que se haga con la universidad lo que ya hicieron con la Constitución, el Poder Judicial y el estamento militar, y nuestra soberanía política, entre otros. Para ello es necesario contar en las filas de la oposición  con   una unidad superior que se ocupe de algo más que de los procesos electorales pero sin menoscabarlos; más aún, establecer desde ya que vale la pena votar en la próxima y futuras elecciones hasta que nos devuelvan el país.

¿Cómo hacerlo? En este sentido, Vladimiro Mujica, en un excelente artículo (TalCual, 6-6-2013) esboza el camino a seguir cuando propone: “Hay que convertir el conflicto de las universidades en el ariete de una rebelión ciudadana pacífica y democrática…que cambiaría profundamente si la conflictividad universitaria se manejara conjuntamente con la de los sindicatos, la de los estudiantes  y la del país en general” Y, añadiríamos nosotros, si se logra entender que conflictos como este deben constituir, en lo político y organizativo, la agenda de la oposición, es decir, de la MUD. Esto le permitiría frenar al Gobierno, TSJ y Asamblea Nacional en su empeño de acabar con la poca democracia que queda para instaurar un régimen  a la cubana y… con cubanos.

La oposición deberá demostrar, de manera pacífica pero firme,  que está dispuesta a protestar por los medios legales todas las transgresiones a la Constitución y al Estado de Derecho. Hasta ahora no ha podido hacer mucho, aunque ha podido hacer más, porque ha sido chantajeada y aterrorizada por el Gobierno; de hecho, hasta en el ámbito electoral ella se resigna, estoicamente, a su eterno rol de perdedora.


Sin embargo, la muerte de Chávez y la extraordinaria votación obtenida en la elección presidencial del 14-A ha cambiado sustancialmente la situación. La universidad tendrá que enfrentar la represión oficialista, pero no estará sola, media Venezuela estará con ella batallando y casi toda Latinoamérica observando. La oposición tiene, ahora, con que hacerse y hacernos respetar.

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